Los Guerreros de Terracota, historia y solemnidad

El descubrimiento de una de las obras más famosas de hoy en día no fue casualidad: fue necesidad. En1974, la región de Shaanxi estaba sufriendo una grave sequía y muchas personas, desesperadas por encontrar agua, habían empezado a excavar pozos que contaban con más profundidad de lo habitual. Fue un agricultor quien, en ese contexto, topó con el ejército que se escondía bajo tierra.

Fue cuando el pozo que Yang Zhifa, que así se llamaba el agricultor, tenía ya más de cuatro metros de profundidad cuando la leyenda despertó. Los guerreros despertaron. Corría el año 1974 y no era demasiado lo que se sabía al respecto de ese imperio enterrado bajo tierra en honor al Emperador Qin, que llegó al poder en el año 221 A.C. después de haber unificado China y empezado a construir la Gran Muralla que hoy todos conocemos.

El Emperador Qin fue enterrado con toda la magnificencia que requería su nombre. Un antiguo historiador chino, Sima Qian, escribió sobre ese mausoleo gigante -de 40 metros de altura- que construyeron para él, provisto de todo aquello que el Emperador necesitaba para gobernar en el Más Allá... Incluidos los guerreros que debían acompañarle.

Los Guerreros de Terracota pueden no parecer más que eso si buscamos una simple definición: esculturas de terracota con aspecto de guerreros que miran al frente con solemnidad. Pero son mucho más. Muchísimo más. El interés por esta obra de arte -porque, al final, es una obra de arte- empieza en el número: los arqueólogos han encontrado más de 8.000 de estos guerreros enterrados bajo tierra.

Cada uno de estos 8.000 guerreros, que en seguida pasaron a tener como nombre propio Guerreros de Terracota sin importar que existieran otros en el mundo, tienen un aspecto diferente: rostros diferentes, armamento diferente, incluso rango diferente. Un carácter diferente. Están separados en tres fosos; el primero reúne un total de 6.000 soldados. Es sin duda uno de los lugares más simbólicos del mundo; uno de esos lugares en los que respiras diferente.

Es una sensación extraña la que uno debe experimentar cuando queda frente a uno de estos solemnes soldados, que miden un poco más del tamaño natural. Como si tuvieras mirando cara a cara a la historia, a la antigüedad, a los sucesos que tuvieron lugar hace más de 2.000 años, la edad de los guerreros, y que hace cincuenta ni siquiera podíamos imaginar.

Hay mucho detrás de este silencioso ejército que sigue viendo pasar los años mientras custodia a su Emperador; hay leyendas que no han terminado de confirmarse y misterios que no han terminado de resolverse, que convierten a este lugar en un lugar único en el mundo.