¿Quieres tener un ladrillo del Palacio de Gaudí en Astorga? Pues ahora puede ser tuyo

¿Conoces la joya del Palacio Episcopal de Gaudí en Astorga? ¿Qué te parecería poder hacerte con uno de sus ladrillos? Pues los visitantes al Palacio Episcopal de Astorga podrán comprar los “auténticos” ladrillos de Gaudí elaborados artesanalmente por el Museo Alfar de Jiménez. Se creará una edición limitada utilizando una copia de dos moldes originales; no serán una réplica sino que el maestro alfarero Jaime Argüello va a hacer el mismo ladrillo; con el mismo barro utilizado en la época; con el mismo horno árabe, con el mismo vidriado y con las mismas urces que se utilizaron hace más de 100 años.

Se harán 200 piezas únicas: 100 de cada modelo que irán numeradas y llevaran el sello de autenticidad del Palacio y del Alfar Museo. Como existen 18 moldes distintos, la idea es ir completando la colección poco a poco. Se espera que las piezas estén en el mercado en julio, cuando se va a celebrar el tercer Gaudí World Congress.

El Palacio Episcopal de Astorga es una auténtica joya del neogótico de Gaudí que lo proyectó para integrarse perfectamente en el paisaje de la ciudad y para armonizar con la Catedral que se encuentra justo a su lado. Tiene planta con forma de cruz griega, sobre la que se superpone una planta cuadrada con cuatro torres cilíndricas en sus esquinas. Está construido utilizando los materiales de la zona: granito del Bierzo, ladrillos creados en una ladrillera de la zona y posee maravillosos mosaicos y vidrieras con diseños de estilo mudéjar y también naturalista.

El Palacio es de una belleza impresionante por fuera, pero dentro es un espectáculo de luz y color. Tiene tres plantas y un sótano y en cada una de ellas guarda distintos tesoros.

En el sótano se accede por una escalera de caracol y en él se encuentra un verdadero museo que alberga obras de arqueología prehistórica, romana, mozárabe y medieval. La planta baja estaba destinada a albergar las dependencias administrativas del obispado y ahora guarda imágenes escultóricas, que tiene en custodia de distintas iglesias, y están en exposición permanente todo el año. La planta noble alberga las dependencias fundamentales; se concibió en estilo gótico y está decorada con cerámica vidriada. La luz se cuela a través de las vidrieras emplomadas y juega un papel protagonista; es un verdadero espectáculo de colores y delicadeza.

Un Palacio que nunca llegó a ser utilizado con el fin que fue construido –nunca fue la casa del Obispo- y que es la sede del Museo de los Caminos desde 1964. Un Palacio que merece ser visitado por muchos motivos y hacerse con un ladrillo de su construcción puede ser uno de ellos.