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Un viaje de puro arte

Tras los pasos de Dalí

Dalí era, además de un gran artista, un amante de Gerona y de la Costa Brava. Es por eso que hoy Figueres, Portlligat y Púbol son lugares tan emblemáticos. Os los presentamos.

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Salvador Dalí fue un pintor y escritor que, según dicen, quería ser inmortal. Y en cierta manera lo consiguió, porque hoy en día su museo es uno de los más visitados de España y son muchas las personas que se dejan impresionar por sus obras.

Madrid, ciudad en la que estudió Bellas Artes y convivió con personalidades como Federico García Lorca o Luis Buñuel; Barcelona, en la que participó en exposiciones; París, lugar en el que conoció a Picasso, visitó el Louvre y conoció a un grupo de surrealistas e incluso Estados Unidos, país en el que vivió durante varios años. Todos estos lugares lo influenciaron como pintor, pero ninguno fue tan relevante como su tierra natal.

Y es por esa tierra natal, Gerona, por la que os vamos a llevar a hacer un recorrido. Más concretamente por el ahora conocido como triángulo daliniano que está formado por Figueres, Portlligat y Púbol. ¿Comenzamos?

Figueres

Figueres fue la ciudad que vio nacer a Dalí, pero también la que lo vio morir 85 años más tarde. El pintor viajó muchísimo a lo largo de su vida e incluso vivió muy lejos de casa durante muchos años. Pero era tal el amor que sentía por su tierra natal, por la comarca del Ampurdán, que no dudó ni un instante en regresar. Siempre.

Y el amor era mutuo, por eso hoy en día el artista sigue presente en todos sus rincones. Así, la mayor avenida de la ciudad tiene el nombre del artista, pero también llevan su nombre colegios y tiendas. El Museo de l’Empordà tiene una colección de sus obras y el Museo del Juguete de Cataluña tiene una exposición de sus primeros 20 años en la que se muestran juguetes de Dalí. Pero además en Figueres está su casa natal en el número 20 de la calle Monturiol, la iglesia de Sant Pere en la que fue bautizado, el instituto Ramón Muntaner en el que estudió, el castillo San Ferran en el que realizó el servicio militar, la plaza Gala-Salvador Dalí y lo más importante: el Teatro-Museo Dalí.

Este edificio se inauguró el 28 de septiembre de 1974 y se considera la última gran obra del artista. Salvador Dalí diseñó dicho museo de manera que, visitándolo, cualquiera pudiera conocerlo. Así, visitar el Teatro-Museo Dalí es meterse de lleno en el mundo y la vida de este célebre pintor. Y esto es así porque además de ver la Torre Galatea, en la que vivió durante sus últimos años de vida, se pueden apreciar todas sus obras. Desde las que hizo al iniciar su carrera como las que creó poco tiempo antes de morir. Después, este museo le sirvió de mausoleo.

Portlligat

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Situado muy cerca de la bonita ciudad de Cadaqués, Portlligat guarda la casa-museo de Salvador Dalí. Se trata de una casita blanca, como la mayoría de edificaciones del lugar, en la que el protagonista de este artículo vivió hasta que murió su esposa Gala en 1982. Primero era una barraca de pescadores, pero a medida que pasó el tiempo Dalí se encargó de transformarla hasta convertirla en su hogar. Un hogar que a su vez es un pequeño laberinto lleno de recuerdos del pintor.

A Dalí le encantaba Portlligat porque consideraba que allí el tiempo pasaba más lentamente y todo se ponía a su favor para que él pudiese trabajar tranquila y cómodamente. Y ahora, años después, se puede visitar no solamente esta localidad sino también su casa, convertida en museo. Eso sí, debe hacerse con reserva previa.

Púbol

Tal y como se ha dicho en líneas anteriores, Salvador Dalí vivió en Portlligat hasta que murió su mujer Gala. En ese momento se trasladó a Púbol, más concretamente al castillo que en 1969 había comprado para su mujer. En el momento en que se hizo con él, este castillo medieval estaba bastante deteriorado. Pero Dalí no quiso eliminar el ambiente romántico que había allí cuando lo restauró. Simplemente lo reformó y decoró pensando en su mujer.

Más tarde este castillo se convirtió en el último taller de Dalí y también en el mausoleo para su esposa. Pero hoy en día es un lugar abierto al público, que puede hacer una parada en este pueblo gerundense para conocer un poquito mejor al artista del que estamos hablando. Y es que Púbol se convirtió en una extensión de Portlligat. En un nuevo refugio y hogar para él. Un hogar en el que vivió y dejó ilustrada su personalidad hasta que se marchó de nuevo a Figueres para cerrar el triángulo daliniano.

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