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RECUERDOS NO APTOS PARA AMANTES DE LO BELLO

Los 10 souvenirs más horribles que podrás comprar en un viaje

Feos, desagradables, atentados al buen gusto... y aun así, un éxito de ventas en tanto que no dejan de estar en todas las tiendas de recuerdos a lo largo y ancho del planeta. ¿Qué tienen estas cosas que causan tanta atracción?

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El pasado mes de julio, una ley del Gobierno regional de la Emilia-Romagna, en el centro de Italia, prohibía la venta de souvenirs y objetos en general relacionados con el dictador Benito Mussolini. El conocido como Il Duce nació en un pequeño pueblo de esa región y, hasta ahora, era habitual ver su busto, retrato, etcétera en las tiendas de recuerdos. Sin embargo, su imagen ha sido declarada apología del Fascismo, en una medida que también busca contrarrestar auges neo-fascistas y las peregrinaciones de nostálgicos a la zona. Es por ello que se han retirado todos los souvenirs, los cuales se encontraban entre los más raros y desagradables que podías comprar.

Claro que, a la hora de hablar de recuerdos feos y raros, aun quedan muchos para los amantes de lo más extraño y, sobre todo, menos encantador. Estos son algunos de los recuerdos más horribles que podrás comprar en un viaje.

1. Postales con faldas de tela. Las hay en todas sus versiones regionales y no solo en España con flamencas y joteras, sino también en otros países como Francia, Portugal... Nunca se ha podido saber si ya cuando se inventaron tenían esa pinta de viejo y, sí, rancio. Claro que como felicitación navideña kitsch también valen...

2. Vodka Pisano. ¿Qué mejor forma de llevarte un recuerdo de la torre de Pisa que en formato de botella y, dentro, algún licor? Lo hay de todo, desde daiquiri de fresa a vodka, pasando por aguardiente, orujo de hierbas e incluso piña colada. Otra cosa es la calidad del alcohol...

3. Abrebotellas santificado. O, al menos, con la efigie de un Papa. ¿Quién no desea abrir sus botellines de cerveza o de tónica con la cara de Juan Pablo II? Y eso por no entrar en debate sobre el diseño en sí del abrebotellas, a medio camino del rosario y de la moneda de 1 euro.

4. Sidra con falda. Y no una falda cualquiera, ya que lleva el kilt del clan escocés correspondiente a la sidrería en cuestión, pero no deja de ser llamativa la insistencia de los souvenirs por ponerle faldas de tela a las cosas.

5. Carteles taurinos 'Ponga su nombre aquí'. Es uno de los souvenirs clásicos en las tiendas de recuerdos de España y no tenemos claro si alguna vez algún turista ha querido plasmar su nombre en el segundo renglón...

6. Botes de aire. Los hay en más lugares de los que podrías pensar. En la imagen, las latas que venden el purísimo aire del Monte Fuji, el más sagrado de Japón, a un precio (1.000 yenes) que, al cambio, equivale a 8,85 € actualmente.

7. Bolsa de piel de escroto de canguro. Sin duda, el souvenir de Australia más desagradable que jamás podrás encontrar. Casi que mejor no queremos saber si realmente esa bolsita para las monedas está hecha con la piel del escroto de un canguro...

8. Jarras de Drácula. No queda muy claro si en Rumanía son más horribles las hazañas del conde Drácula en Transilvania o las jarras con su supuesto rostro que venden a las afueras del castillo de Bran.

9. Zuecos de andar por casa. Es el colmo de lo holandés, en tanto que si los zuecos son los zapatos tradicionales, se le suma un estampado de tulipanes. Solo faltaban los colores de la cerámica de Delft. Eso sí, dudamos que sean fabricados dentro de Holanda...

10. Imanes de camisetas turísticas. No es un imán tal cual, ni una camiseta tradicional, ¡es ambas cosas a la vez! ¡El souvenir al cuadrado! Y, casi siempre, con una cuestionable belleza... a medio camino entre lo horrible y lo vintage.

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