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Nos comemos el invierno

La mejor gastronomía castellana para el invierno

Con temperaturas como las de estos días, que en España no estamos acostumbrados a experimentar, qué mejor que un buen guiso para entrar en calor. Estos son algunos de los platos de invierno más deliciosos de los que presume nuestra gastronomía.

Cocido madrileño

Cocido madrileño Foto de jlastras en Wikipedia, licencia CC BY 2.0

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Cocido madrileño

El cocido es un plato muy típico de toda España. En cada sitio se hace de una forma diferente, atendiendo a las diferentes tradiciones. Este plato tiene su origen en la Edad Media, cuando los judíos elaboraban un guiso parecido con el protagonismo en el garbanzo y con verduras, pero sin la carne de cerdo. Poco a poco los cristianos los cristianos fueron adaptando la receta hasta la que nos ha llegado a nosotros. Es un plato contundente con muchas proteínas y que se podía elaborar fácilmente con lo que había en el huerto. Con él se podía alimentar una familia entera varios días. Actualmente es uno de los platos más emblemáticos de la capital.

Patatas revolconas de Ávila

En esta capital de provincia con una muralla que quita el hipo, también se goza que deliciosos platos para hacer frente al frío. Las patatas revolconas son típicas de Ávila, se elaboran a base de un puré de patata al que s ele añade pimentón lo que le da ese picor y color rojizo característico. Y por último se suele añadir algo de carne, como por ejemplo torreznos. Acompañadas de un buen vino Ribera del Duero, este plato nos hará entrar en calor casi de forma inmediata. Es cierto que, en Salamanca, Extremadura y en parte de la provincia de Toledo, este plato también es muy popular.

Patatas revolconas, un plato típico en varias provincias
Patatas revolconas, un plato típico en varias provincias | iStock

Sopa castellana o sopa de ajo

Es la típica sopa rápida de hacer, rica y sabrosa. Mientras que los franceses tienen su sopa de cebolla a la que añaden pan y queso, en España es popular la sopa de ajo. Su elaboración es muy sencilla, se hace a base de agua o un caldo, pan duro que ha sobrado de otros días, pimentón, laurel, ajo, aceite de oliva y por último se le añade un huevo. Éste último se cocina con el propio calor de la sopa, quedándose escalfado. Se cree que su origen está en León. Es un plato de origen muy humilde, puesto que los ingredientes no son nada exquisitos. Servía y sirve para entrar en calor y alimentarnos.

Sopa castellana, un plato tradicional
Sopa castellana, un plato tradicional | iStock

Ajo arriero

Este plato manchego también es conocido como el atasca burras, es típico de Albacete y de la serranía de Cuenca. Es ideal para los meses de invierno debido a la carga de nutrientes y calorías que tiene. Se suele comer cuando empiezan a caer las primeras nevadas. Se elabora con bacalao en salazón, que es una conserva que se podía conseguir fácilmente en áreas rurales y a un precio asequible. También contiene patatas cocidas y desmenuzadas, aceite de oliva, ajo y nueces. Todo ello se tritura quedando una textura de puré, y un plato realmente consistente.

Callos

Los callos, como el cocido, tienen una versión diferente en cada región, lo que enriquece aún más nuestra cultura gastronómica. Es un guiso con tripas de vaca, al que se le puede añadir chorizo, morcilla y jamón. Todo se cocina muy lentamente en un caldo de carne con pimentón, especias (Clavo de olor, hoja de laurel, nuez moscada, tomillo, romero) y ajo. Durante la cocción, la gelatina de los callos se desprende y que mezcla con el caldo. Es un plato de origen muy humilde, ya que se realiza con casquería que es lo más barato de cualquier animal. Es típico del final del otoño e invierno debido al gran aporte calórico del plato, ideal para que entremos en calor con la primera cucharada.

La receta de callos a la madrileña de Robin Food
La receta de callos a la madrileña de Robin Food | David de Jorge (Robin Food)

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