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Uganda

Las cataratas Murchison, donde el Nilo nos deja sin habla

El mayor río de África es capaz de enamorar a primera vista a todo aquel que tiene oportunidad de contemplarlo. Recorriendo sus aguas encontramos, además, un lugar especial que te dejará sin habla: las cataratas Murchison.

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¿Quién no ha oído hablar alguna vez del río Nilo con admiración? El mayor río de África atraviesa hasta un total de nueve países -Burundi, Ruanda, Tanzania, Uganda, Kenia, República Democrática del Congo, Sudán del Sur, Sudán y Egipto- y su grandeza es capaz de arrebatarnos las palabras por sí sola, sin necesidad de nada más.

Pero en toda su trayectoria existe un lugar que merece una especial atención -sería más correcto decir que existen varios lugares, pero vamos a ocuparnos de uno en concreto en estas líneas. Centrándonos en Uganda, encontramos el parque nacional de las cataratas Murchison, con una flora y una fauna envidiables que hacen las delicias de todos los viajeros.

Es en este parque nacional donde podrás quedarte sin habla, gracias a las cataratas que le dan nombre. No es difícil que el ser humano se quede perplejo ante estas formas de la naturaleza que nos dan la oportunidad de ver caer torrentes inmensos de agua que normalmente producen un sonido ensordecedor y relajante a partes iguales. Las cataras Murchison van más allá.

Para muchos, es el punto geográfico más impresionante del río Nilo. Y eso es mucho decir. Constituyen un conjunto de tres grandes cascadas que ofrecen una vista espectacular desde la cima, para la que muy pocos han conseguido encontrar palabras.

Existe también la oportunidad de contemplarlas desde una barcaza, navegando, pero subir a la cima es obligatorio si quieres entender al cien por cien el por qué de la adoración que despierta el lugar. Los paisajes que se extienden a partir de las cataratas y ese sentimiento que te envuelve, por el que te sientes uno con lo que te rodea, hacen de este lugar un imprescindible de África.

Las cataratas Murchison son dueñas de la impresionante fuerza que tiene la naturaleza en sí misma; se dice que el gran salto de agua provoca que en ocasiones tiemble el suelo. Y uno no siente miedo cuando esto sucede, al contrario: la admiración por este lugar se vuelve más grande.

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