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Escala en la Costa Azul

Descubre Marsella en una parada de crucero

Marsella es una ciudad con mucho por ver, pero fácil de hacerlo en un día. Esto es todo lo que puedes ver en una parada de crucero.

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Muchos de los cruceros por el Mediterráneo hacen paradas en ciudades españolas, italianas y francesas. Y Marsella, una ciudad portuaria de más de 800.000 habitantes, es esa ciudad elegida en Francia. Aunque se organizan excursiones para visitar la ciudad en grupo, Marsella es un lugar que puede descubrirse perfectamente por libre. Desde el lugar en el que para el barco hasta al centro de la ciudad se llega en un fácil trayecto en taxi o autobús y no te será complicado hacer el mismo camino de vuelta, por lo que para nosotros ir por libre es la opción más recomendable.

El autobús lanzadera te deja en el puerto viejo, en el que si tienes suerte puedes disfrutar del mercado del pescado, que se celebra a primera hora de la mañana y en el que encontrarás platos deliciosos. El puerto viejo o Vieux Port es un entrante de mar que está formado por los muelles des Belges, el muelle du Port y el muelle Rive Neuve y es lo primero que debes descubrir si visitas Marsella en una parada de crucero.

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Tampoco puedes perderte el fuerte St Jean, a uno de los extremos de este entrante de mar, ni tampoco el fuerte St Nicholas. Si decides explorar la zona en la que se encuentra el primero, desde ahí mismo puedes acercarte hasta la Catedral la Mayor, situada en uno de los barrios más atractivos de esta ciudad francesa, entre el puerto viejo y el nuevo. De estilo románico-bizantino, desde 1906 es Monumento Histórico debido a su importancia.

Muy cerca está la Charité, un centro de arte que se construyó para ayudar a mendigos, personas mayores y niños huérfanos. Y bastante más alejado está el Palacio Longchamp, pero si no te importa caminar debes ir a verlo; es uno de los monumentos más increíbles de toda la ciudad. Es elegante, majestuoso y de estilo barroco. Y es realmente precioso tanto en su interior como por el exterior. Sin duda, el edificio y sus bellos jardines no te dejarán indiferente.

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Volvemos ahora al puerto viejo, porque al otro lado también hay mucho que explorar. Si quieres puedes hacerlo a pie, pero si lo prefieres puedes ir hasta el Muelle du Port y coger el tren turístico para hacer esta segunda parte del recorrido. De esta forma podrás hacerlo más rápido y te evitarás problemas de tiempo. Pero sea como sea, verás la Playa de los Catalanes y el Palais du Pharo. Éste último está al otro extremo del entrante de mar del que hablábamos antes, enfrente del fuerte St Jean.

El tren turístico hace parada en Notre Dame de la Garde, una iglesia situada a 162 metros sobre el nivel del mar, sobre una colina. Más que la iglesia en sí, lo realmente interesante es contemplar Marsella desde las alturas. Además, desde allí se puede ver perfectamente el Castillo de If, situado en un islote cerca de la costa. Treinta minutos después el tren vuelve a salir dirección al puerto, donde puedes comenzar la visita y, por tanto, también poner punto y final a la misma.

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