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Consejos viajeros para escapadas cortas

Cómo organizarse para verlo todo cuando solo podemos pasar un día en el destino elegido

¿Solo puedes disfrutar de un día, por el motivo que sea, en una ciudad y quieres ver tantas cosas como puedas? Te contamos de qué manera puedes organizarte para terminar esta visita de manera satisfactoria.

Fontana de Trevi

Fontana de Trevi Roma

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Uno de los mayores miedos de una persona cuando se dispone a descubrir una ciudad es no poder ver todo cuanto quiere ver en ella. Tanto si es la primera vez que la visitamos como si nos disponemos a verla por segunda o tercera vez, es normal querer abarcar todo cuanto podamos. ¿Cuál es la mejor manera de organizarse para conseguir esto?

Comenzaremos por lo obvio: por muy bien organizados que estemos, una ciudad no se conoce en un día; pero sí podremos tener una primera impresión de ésta muy satisfactoria teniendo en cuenta que no podemos quedarnos más tiempo. Por supuesto, nuestros planes dependerán del tamaño de la ciudad y de la cantidad de cosas que haya por ver. No es lo mismo tratar de recorrer Roma en un día que hacer lo mismo con Dublín, pues la superficie y los puntos turísticos son completamente diferentes. Nos pondremos en la tesitura más complicada, en cualquier caso, para ejemplificar mejor la forma correcta de organizarse.

Tenemos un día en Roma, ¿por dónde empezar? En primer lugar, tendremos que haber elegido con anterioridad lo que nos interesa ver. Para ello también tendremos que ser conscientes de que habrá que dejar según qué cosas de lado, pues no podremos ver los centenares de iglesias que tiene la ciudad, pero sí podremos elegir las más populares o las que más nos interesan. A partir de ahí, empezamos a trabajar en la ruta a seguir, solo una, y hay que hacerlo con un mapa en la mano.

Escapadas
Escapadas | Consejos viajeros

Señalamos los destinos elegidos y empezamos. Esa ruta tenemos que trazarla sabiendo que cuanto más enlacemos de manera eficaz un destino con otro, más tiempo de recorrido entre un punto y otro ahorraremos, y más podremos disfrutar del camino porque lo haremos con más tranquilidad. Señalaremos el punto de inicio (o bien el hotel en el que nos hospedamos o bien el aeropuerto o la estación a la que llegamos) y también el final (lo mismo). La idea es comenzar por el primero e ir siguiendo un camino que no se cruce en ningún momento, que vaya avanzando sin tener que dar medias vueltas, hasta llegar al punto final. Siguiendo el mapa en todo momento, tendremos controlado ese recorrido.

Si queremos ser aún más precisos, podemos calcular cuánto tiempo tardaríamos en andar desde el punto de partida hasta la “meta” sin detenernos; se puede hacer de manera sencilla con Google Maps. A partir de ahí, también podemos calcular el tiempo que podemos permanecer en cada lugar de nuestro interés. Por ejemplo, si disponemos de 12 horas en la ciudad y tardamos en recorrer la ruta trazada unas 6 horas teniendo 6 puntos marcados, sabemos que podemos permanecer en torno a dos horas en cada lugar, restándole el tiempo que tardamos en desplazarnos de uno a otro. Esta información es fundamental si queremos visitar museos o exposiciones de algún tipo.

Calzado cómodo y mucha energía son también dos aspectos fundamentales para cumplir con nuestros objetivos; si vamos mal de tiempo, además, siempre podemos recurrir a la opción “comer en movimiento”, tomar algo para llevar mientras seguimos nuestro camino. Siendo desde el principio conscientes del tiempo que tenemos, eligiendo lo que queremos ver en consecuencia y trazando esa ruta controlando caminos y tiempos, lo más probable es que disfrutemos de un día de mucho movimiento en una ciudad que terminaremos descubriendo más de lo que pensábamos.

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