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UNA EXPERIENCIA MÁGICA EN EL RAJASTÁN

Nada como perderse en la Ciudad Dorada

La ciudad dorada de Jaisalmer en el estado indio de Rajastán, es una ciudad medieval viva dentro de una fortificación que es además una de las fortificaciones más grandes del mundo.

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En la frontera con Pakistán, al oeste de la provincia, hay una impresionante ciudad que se derrama ladera abajo bajo sus murallas. Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, esta impresionante y mágica fortaleza fue construida en el año 1156 por el gobernante Rajput Rawal Jaisal, de quien deriva su nombre, Jaisalmer. Y fue antaño, un punto importante, un oasis en la ruta comercial que conectó a la India con Asia Central, Persia y más allá. Jaisalmer se encontraba en una posición estratégica y era un lugar de paso atravesada por caravanas de camellos de mercaderes indios o asiáticos.

Testigo de la historia, esta legendaria fortaleza es una joya incrustada en el desierto del Thar. La ciudad está situada en la cresta de una roca arenosa de color amarillento y está coronada por el Fuerte de Jaisalmer.

Un fuerte, también conocido como el Fuerte de Oro, que se eleva desde el desierto, y al verlo da la sensación de que se convierte en un matiz dorado más de la del desierto que lo abraza. El sol añade su propia magia y lo envuelve con mística. Construido al estilo clásico de la realeza por los artesanos locales, es hoy una atracción imprescindible.

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Cada poro de esta región es pura historia, y sus símbolos, los que hoy podemos ver, son los que nos legaron las civilizaciones que pasaron por aquí, y los que dejaron los intercambios entre viajeros y comerciantes en busca de lo desconocido.

Jaisalmer, o “la ciudad dorada”, como se la conoce se alza imponente en medio del desierto del Thar, singular y mágica, de piedra arenisca, e integrada a la perfección, reluciente bajo el sol.

A diferencia de la mayoría de los otros fuertes en la India, el Fuerte de Jaisalmer no es sólo una atracción turística, es también una ciudad viva. Y la mejor manera de conocerla es perderse en el laberinto de calles que conforman el fuerte. Hay siete impresionantes templos jainistas y dos hinduistas, y varios palacios o “havelis” algunos de los más impresionantes del Rajastán. No en vano, aquí se establecieron comerciantes ricos, y sus maravillosas casas son el legado de su vida suntuosa. La ciudad es donde se suceden havelis, dentro de las murallas, un palacio detrás de otro, de varios pisos, con fachadas esculpidas en calles verdaderamente estrechas.

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Eso sí, no te asustes si te encuentras alguna vaca cortándote el paso, ya sabes que en la India son sagradas y aquí campan a sus anchas, pero de verdad, porque en algunos callejones estrechos ocupan el paso completamente.

Otro de los puntos mágicos de esta ciudad es el Lago Gadisar, construido en el siglo XIV por Maharawal Gadsi Singh para satisfacer las necesidades de agua de sus áridas tierras. Muchos pequeños templos y santuarios se construyeron a su alrededor, transformándolo en un centro de peregrinación y una atracción turística de visita obligada por su belleza.

Jaisalmer es una de las ciudades más bonitas del Rajastán, un lugar en el que los amaneceres y atardeceres son simplemente espectaculares, ya que las casas de arena amarilla reflejan los rayos del sol. Las excursiones en camello por el desierto del Thar son una de las actividades imprescindibles si visitas Jaisalmer, al igual que perderte entre sus calles y callejuelas en las que disfrutarás de toda la esencia de la India. Tampoco puedes dejar de visitar dentro del fuerte el Palacio del Marajá,

Más información: Turismo de Rajastán

Y nada mejor que perderse en el corazón del extenso desierto de Thar después de una visita a la ciudad. Es la experiencia de Rajastán en su esencia verdadera. Camping bajo los cielos chispeantes de Rajastán para disfrutar de las maravillas celestiales y sentir la arena tibia bajo tus es simplemente fascinante. Acampar

en medio de las dunas de arena de Jaisalmer es verdaderamente una experiencia única al aire libre que uno no se puede perder.

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