Viajestic » Escapadas

Relais & Châteaux, Cáceres

La magia existe… y está en Atrio

El establecimiento cacereño, perteneciente al sello Relais & Châteaux, cumple 30 años. Jose Polo y Toño Pérez hacen que quien visite Atrio no olvide jamás esa experiencia. El lujo es esto.

Publicidad

Es uno de esos lugares en los que la magia te envuelve y en los que la palabra experiencia alcanza su mayor grado. En Atrio, perteneciente al sello Relais & Châteaux, confluyen muchos factores que estés rodeado de un aura especial. Una arquitectura increíble, firmada por Tuñón y Mansilla, Premio FAD de Arquitectura en 2011; el arte de genios como Warhol, Saura, Tàpies o Thomas Ruff; una cocina excelente, con dos estrellas Michelin; una de las mejores bodegas del mundo; y un trato excelente, que hace que cada cliente se sienta único. Pero los que realmente hacen que este lugar sea mágico son sus artífices: Jose Polo y Toño Pérez.

Los renovadores de la restauración extremeña celebran los 30 años de vida de Atrio, una casa viva que continúa evolucionando y creciendo con el objetivo de convertir Cáceres en una referencia para el turismo más exclusivo a nivel mundial. Para ello, además de las innovaciones en la cocina y de nuevas referencias vinícolas, sus propietarios han anunciado que acaban de adquirir la Casa Palacio de los Paredes-Saavedra, una construcción del siglo XIV en pleno centro del casco histórico de Cáceres que albergará 12 residencias vacacionales de lujo con servicio de mayordomo privado incluido. Jose Polo y Toño Pérez quieren cambiar la ciudad a través de la gastronomía, del servicio y de la cultura. Ambos han sido los impulsores de la donación que la reputada galerista Helga de Alvear ha hecho recientemente a la ciudad de Cáceres de toda su colección privada. Una colección que supera las 4.000 piezas y que constituye una de las más importantes y completas de arte moderno en nuestro país.

Atrio nacía hace 30 años en Cáceres de la inquietud de dos amantes de la buena mesa por crear un restaurante del estilo de los que a ellos les gustaba visitar. Desde la antigua ubicación del restaurante, en el número 22 de la avenida de España, Jose y Toño revolucionaron los códigos culinarios de la ciudad introduciendo no solo las nuevas técnicas de vanguardia sino también un nivel de excelencia en la sala hasta entonces poco habitual en la región gracias al cual consiguieron situar Cáceres en el mapa gastronómico mundial. Hoy, ya en su nuevo emplazamiento, en plena plaza de San Mateo, continúan innovando, evolucionando y demostrando que el lujo no siempre es palpable.

El nuevo menú degustación hace gala de esa cocina sincera, madura, reflexiva y despojada de toda floritura, de esa búsqueda de la pureza del sabor y del gusto del cocinero por mezclar productos del mar añorado en Extremadura con el cerdo ibérico que nace en sus dehesas. En él destacan platos como la ostra a la parrilla con vermú, el bao de tinta de calamar y guiso de cerdo ibérico o la empanadilla de tarorellena del clásico guiso extremeño de tomate y comino pero aderezado con un irreverente toque de curry que hace de éste uno de los mejores platos de esta temporada. También sobresalen el ceviche sólido con su ritual para potenciar el sabor, el carabinero en tres servicios y el atún, que se sirve con un finísimo velo de papada ibérica que se funde en contacto con el pescado desvelando la calidad de un animal que solo ha comido bellotas. Además del degustación, existe un menú con los platos de siempre entre los que se incluyen la cigala con careta (un clásico por el que no pasa el tiempo) o las gambas marinadas.

A la experiencia gastronómica se suman esta temporada nuevos vinos y nuevas variedades que ampliarán en unas 1.000 más las 3.400 referencias con que cuenta la que está considerada como una de las mejores del mundo, galardonada con el Grand Award de la prestigiosa publicación norteamericana Wine Spectator desde 2003 (año en que se convirtió en la primera bodega española en ostentar esta distinción) hasta la actualidad. Una bodega en la que las verticales de Chateau Latour, Chateau Margaux, Romanee Conti o Chateau d´Yquem siguen siendo las estrellas. Unos vinos con los que brindar por los 30 años de Atrio. Y que cumpla muchos más.

Publicidad