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MAR, MONTAÑA Y AVENTURA EN EL SULTANATO

Un vergel al sur de Omán

Conocido por su período cubierto de vegetación exuberante y por sus colinas rodeadas de niebla blanca, el sur de Omán es un paraíso para los que buscan un destino exótico.

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Cuando uno piensa en Omán, imagina grandes extensiones de arena, o incluso playas al borde del mar rodeadas de acantilados agrestes, o por qué no, en parajes inhóspitos. Sin embrago, este país al sur de la península arábiga sorprende. Seguro, fascinante, diferente y único, Omán se convierte en un destino a tener en cuenta para unas vacaciones, incluso en familia.

El sultanato de Omán aúna atractivos contrastes que sorprenden al viajero. Porque más allá de su cultura y sus tradiciones combinadas con la modernidad, la diversidad de sus bellos paisajes naturales es simplemente espectacular. Aquí encontraremos, mar, desierto y montaña. Y también aventura.

Hoy nos desplazamos hasta el sur del país, al oasis ajardinado de Dhofar. Conocido localmente como monzón o "Khareef", en su mejor época, esta zona se viste de exuberante vegetación y sus colinas se ven rodeadas de una niebla blanca cuando las lluvias enfrían el aire desde finales de julio y hasta principios de septiembre. Cada año, mientras el resto de las temperaturas del país se disparan durante el verano, el Khareef trae lluvias monzónicas a Dhofar transformando el paisaje en un verde vergel. Pero el sur de Omán no es solo para el verano, sino que se convierte en un lugar mágico para los que buscan emociones y lugares mágicos en los que vivir la aventura con total seguridad.

Aquí la costa se mezcla con las montañas y el desierto, creando una armonía maravillosa, y los picos de más de 1.500 metros de altitud descienden suavemente sobre una llanura plana que abarca playas de arena que se extienden por cientos de kilómetros. Algo inusual y bello.

En Salalah, la capital de Dhofar, a 1.040 kilómetros de la capital del país Mascate, las temperaturas nunca suben por encima de los 27 grados centígrados. Y hay vuelos diarios entre Muscat y Salalah, así como desde otros estados árabes del Golfo. Es el lugar perfecto para vivir la aventura de oriente pero sin las asfixiantes temperaturas del verano en el desierto. Los más aventureros pueden conducir desde Mascate a Salalah en aproximadamente 12 horas. Desde Nizwa, la autopista 31 se dirige hacia el interior a través de campos de petróleo y algunos pequeños asentamientos. Hay pocas gasolineras a lo largo de cualquier ruta, por lo que es aconsejable llenar el depósito en cada oportunidad.

Dhofar es una región accidentada que abarca tanto el desierto extremadamente árido como los wadis tropicales. Las montañas de Dhofar corren paralelas a la costa y atraen el khareef, el monzón, del sudoeste del Océano Índico, dando lugar a veranos frescos y húmedos de junio a septiembre y transformando el paisaje en un paraíso verde. Conduce siempre con cuidado especialmente en época de monzón ya que la visibilidad puede ser mala debido a la niebla, y recuerda que puedes encontrarte con camellos y otros animales vagando por ahí.

La deshidratación y el agotamiento por el calor son riesgos durante la estación seca. Así que lleva siempre mucha agua, y en excursiones de un día lleva también comida, porque fuera de las ciudades los establecimientos son casi inexistentes.Y si decides explorar los wadis, ten cuidado porque hay alguna que otra serpiente. Todo esto suena mal pero tranquilos que tampoco es para tanto. La belleza de esta tierra y su singularidad hacen que explorar la zona sea simplemente excepcional.

Trekking, senderismo se combinan aquí con jornadas de playa. Y una cosa más, en los alrededores de Salalah, merece la pena visitar la tumba de un personaje histórico, el profeta Job. Este es el sitio más importante de Dhofar, sobre una colina y con vistas sobre la llanura de Salalah, la tumba de Job está a unos 30 kilómetros de la ciudad.

Turismo Dhofar

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