10 postales para disfrutar del buen tiempo en Irlanda

El silencio y la tranquilidad de sus colinas y acantilados se mezcla suave con el murmullo y el gentío de sus mercados y festivales. Llega una época en la que apetece pasear por las calles o recorrer los senderos en bicicleta, mientras tomamos el sol en algunos preciosos parques y jardines. En primavera y en verano, Irlanda es sí misma una preciosa postal que no te puede perder. Hoy te traemos algunas de ellas.

Galway Arts Festival. En pleno corazón de la ruta costera del Atlántico, la ciudad de Galway es conocida por su creatividad artística y por su energía y ritmo con un calendario repleto de festivales y eventos, sin olvidar su riqueza culinaria. Es te año además el condado de Galway es Región Europea de la Gastronomía. En julio acoge su emblemático Festival Internacional de Arte, con un intenso programa de actividades y espectáculos, que incluyen teatro, danza, música, ópera, shows callejeros, artes visuales, debates y comedia. Sin duda, uno de los 5 mejores festivales de verano en Europa.

La memoria de Cobh. La conexión con el mar en esta preciosa ciudad costera del condado de Cork, es muy fuerte. En el puerto te encantarán las casitas multicolor y sus tejados, que rodean también una sorprendente catedral. En 1912, Cobh vivió la llegada del Titanic, en el que embarcaron 120 pasajeros. En la Titanic Experience, te vas a sumergir en la crónica de aquel malogrado viaje, siguiendo las vidas de aquellos pasajeros, los que zarparon desde la ciudad. Destaca el Cobh Heritage Centre, que explora desde Annie Moore, la primera inmigrante que atravesó la Isla Ellis camino de Nueva York, hasta los barcos de convictos que salieron rumbo a Australia en 1801.

Carrick-a-Rede, un puente colgante de cuerda de 250 años. La Ruta Costera de la Calzada en Irlanda del Norte es probablemente uno de los ‘road trips’ o viajes de carretera por litoral más encantadores y con más carácter que puedas encontrar. Entre las numerosas panorámicas de la archiconocida Calzada del Gigante, destaca Carrick-a-Rede, un puente de cuerda que une la isla de Carrick con el condado de Antrim y que en su día fue tendido por los pescadores. Podrás cruzarlo, disfrutando de un paisaje natural abrumador, disfrutando de vistas incluso de la isla de Rathlin y Escocia.

Howth y su mercado. A este encantador pueblecito costero se recomienda llegar en barco desde la vecina Dun Laoghaire. En el puerto encontrarás los mejores restaurantes de marisco del condado de Dublín. Pasear por el puerto, coger un barco y visitar la pequeña isla de Ireland's Eye, o recorrer la ruta de Howth Head con el impresionante acantilado de Howth son actividades casi obligatorias, al igual que su mercado: una experiencia única. Cada fin de semana y en festivos, encontrarás gran variedad de productos orgánicos, productos recién horneados, joyas, ropa, antigüedades y mucho más.

Las Islas Arán, listas para explorar. Las aguas que bañan el condado de Galway son el entorno sobre el que se extienden Inis Mór, Inis Meáin e Inis Oírr o, lo que es lo mismo, las Islas Arán. Islas que conservan la vida tradicional irlandesa, fascinantes, de paisajes entrecruzados con muros de piedra característicos del occidente irlandés. Llegar a ellas, es fácil, basta con un trayecto en ferry desde Rossaveal, a las afueras de la ciudad de Galway, o bien con un vuelo de 8 minutos desde Connemara. Encontrarás playas de arena fina y aguas cristalinas, casas rurales con techos de paja, el casco oxidado y con aspecto extraterrestre del Plassey, un carguero que se hundió durante una fuerte tempestad atlántica en 1960, fortalezas singulares y jerséis típicos de punto. Las Islas Arán son perfectas para recorrerlas en bicicleta.

Si lo tuyo es el senderismo acércate hasta las Mourne Mountains. Unas montañas en las que encontrarás una gran cantidad de festivales de senderismo a lo largo de estas estaciones. Del 22 al 24 de junio de 2018 tendrá lugar el Mourne International Walking Festival, que cruza algunos de los puntos más atractivos de esta cordillera de Irlanda del Norte, con rutas que varían entre los 10 y los 40 kilómetros, y con diferentes niveles de dificultad. Ideal para socializar al aire libre, contemplar la asombrosa fauna y flora de este territorio.

La mayor cascada de Irlanda. El paisaje natural de Wicklow esconde amplios jardines, tan increíbles que han sido votados como los terceros mejores del mundo por National Geographic. Se extienden rodeando la mansión Powerscourt, en un sinfín de jardines amurallados, con innumerables especies de flores, árboles y arbustos, lagos ornamentales e, incluso, un cementerio de mascotas. En sus alrededores se encuentra la cascada Powerscourt, la más alta de la Isla con 121 metros de caída. Es, además, un refugio para la vida silvestre, donde los entusiastas de la observación de aves podrán contemplar especies como el pinzón, el cuco o el cuervo. Además de la cascada, no dejes de ver las imponentes secuoyas, plantadas en 1860.

Unas murallas que cumplen 400 años. Recorrer la Ruta Costera de la Calzada que serpentea desde Belfast hasta Derry-Londonderry es toda una aventura, prepara tu cámara de fotos porque vas a ver paisajes de una belleza abrumadora. Al final de la ruta, se extiende esta ciudad con encanto, rodeada por un sistema de murallas de 1,5 kilómetros de circunferencia y de entre 3,5 y 10 metros de grosor. Su construcción, fue ordenada por el rey Jacobo I, y así ha llegado hasta nuestros días. Un símbolo de fortaleza que cumple su cuarto centenario en 2018 y que invita a ser descubierto. Un paseo de panorámicas increíbles, las que ofrece el trazado urbano de Derry-Londonderry: el edificio Guildhall, centro neurálgico del vibrante Guildhall Square que destaca por su ladrillo rojo; el Puente de la Paz y los murales, un referente de arte moderno con mensaje a un nivel de calidad similar a Belfast.

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