Un paseo por las cuevas de hielo de Alaska

No todos los días tiene uno la oportunidad de caminar por el interior de un glaciar, pero eso es precisamente lo que se puede hacer si uno va al sur de Alaska y penetra en la cueva de Mendenhall, una gruta de hielo única. Precisamente por encontrarse en un glaciar, sus paredes son de un azul vivo único, formando una maravilla de la Naturaleza. Se encuentra en el Parque Nacional Glacier Bay, rodeada de altos picos montañosos, fiordos esculpidos en hielo, abundante fauna marina y otros muchos enormes glaciares. Pero ninguno como éste: un gigante de hielo de 12 kilómetros de longitud. El aumento de la temperatura ha provocado un retroceso en su interior mediante un deshielo que aumenta la dimensión de las cuevas turquesas. Llegar a éstas cuevas de hielo dentro del glaciar y disfrutar de su belleza no es sencillo. El camino incluye una travesía en kayak, una buena caminata, escalada en hielo... Pero nadie que las ha visitado ha dicho que no mereciera la pena. ¡Incluso existiendo el riesgo de que se pueda caer parte del techo en algún momento! Para los menos intrépidos, siempre existe la opción de conocer la zona de glaciares del Parque Natural. También merece la pena, pues es un espectáculo descubrir la Naturaleza en estado salvaje, con las lenguas de hielo en movimiento lento pero constante, inapreciable realmente a la vista. El glaciar está abierto a visitantes todo el año y no es necesaria reserva previa. Se llega a través de carretera, partiendo de la ciudad de Juneau, y hay que abonar una entrada. La ruta más corta, que incluye un poco de senderismo de montaña, dura una hora, aunque para llegar a las cuevas más profundas, y famosas, es necesario todo el día. También es posible acercarse a los glaciares en barco. Diferentes compañías privadas ofrecen paseos por lagos helados que rozan la lengua del glaciar. Y por si fuera poco, otra opción es sobrevolar el Parque en helicóptero. A cuál más excitante.