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En Palmenhaus

Un desayuno de ensueño en Viena

Viena te lo da todo. Cultura, belleza, historia, arte, gastronomía, fiesta… Una ciudad perfecta en la que incluso un desayuno puede parecer salido de un cuento de hadas. Si pasas por la capital de Austria, Palmenhaus es una parada obligatoria.

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Si recorremos el Danubio encontraremos verdaderas perlas en forma de ciudades capaces de enamorar en una sola visita, lugares que quedan para siempre en el corazón del viajero y que le hacen sentir como en casa. Esto es algo que ocurre con Viena. La capital de Austria es una de esas ciudades que te lo dan todo, desde cultura hasta fiesta, pasando por historia, arte y una belleza incomparable.

Cualquier compendio de adjetivos positivos se quedaría corto a la hora de describir Viena, una ciudad que te hará partícipe de su vida y te tratará con cariño, amor y respeto. Todos y cada uno de los detalles de tu paso por ella serán cuidados con dulzura, algo que apreciarás durante tu estancia, pero sobre todo cuando abandones Viena y sientas la irrefrenable necesidad de regresar cuanto antes. Esta ciudad atrapa.

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En ella todo, absolutamente todo, puede parecer sacado de un cuento. Incluso algo tan cotidiano como desayunar puede convertirse en una experiencia única que marcará tu viaje y te mostrará lo especial que es la que fuera capital del Imperio Austrohúngaro. En pleno corazón de Viena encontrarás un palacio en el que no sólo disfrutará tu vista, sino que también lo harán tu olfato y tu gusto. Similar al Palacio de Cristal de Madrid, Palmenhaus o La casa de las palmeras, está esperándote para enamorarte.

Este bar, coctelería y restaurante es el lugar ideal para comenzar un día de turismo con fuerza y captando la esencia de Viena. Aunque todo en su carta es apetecible y recomendable, incluidos los cocktails, sus desayunos destacan por su sabor y por la magia del lugar. Rodeado de jardines y de algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad, la vegetación y el silencio tan solo perturbado por los sonidos de la naturaleza serán tus acompañantes en este despertar que superará a cualquier otro que hayas vivido.

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Nada más entrar te sentirás protagonista de tu propia historia de cuento, especialmente si prestas atención a la belleza del lugar. Palmenhaus ofrece una amplia carta de desayunos ya diseñados, pero también te da la oportunidad de confeccionarlos tú mismo y de añadir algunos extras que merecen realmente la pena, como la archiconocida Sachertorte. No es esta la única tarta que ofrecen; tú mismo podrás contemplar un mostrador repleto de ellas y optar por la que más llame tu atención. ¡O probarlas todas!

Desayunos típicos austriacos, dulces, salados, ecológicos… Todo lo que puedas imaginar se encuentra allí, en un lugar idílico del que no querrás marcharte. Además, parecen dominar el tema de los alérgenos, un plus para todos aquellos viajeros que sufran alguna alergia alimenticia.

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Cualquier día de la semana es bueno para disfrutar de un desayuno en Palmenhaus, pero si estás en Viena un domingo no puedes perderte su brunch. Horas y horas de comida a tu alrededor, un ambiente inmejorable y, de nuevo, un placer para todos los sentidos. Después del atracón, es recomendable que visites The Imperial Butterfly House, un mariposario situado justo a su lado. ¡Terminarás de enamorarte!

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