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Destino para los amantes de las motos

Conoce la Isla de Man, el lugar en el que todo gira en torno al motociclismo

Un misterio para muchos y un santuario para otros. La Isla de Man, situada en el mar de Irlanda, es un lugar de extremos, un territorio desconocido para un gran número de viajeros y, sin embargo, el centro del mundo para muchos amantes del motos. ¡Descubrámosla juntos!

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Los Ángeles, en concreto Hollywood, es la meca del cine. Florencia es esa ciudad a la que todos los amantes del arte quieren viajar al menos una vez en la vida. París, moda en todos los rincones y una elegancia que no encontrarás en otro lugar del mundo. Tokio, tecnología y avance, un paraíso para los más adelantados. Sidney, maravilloso para los surferos. La Isla de Man… ¿La Isla de Man? Una desconocida para gran parte de la población, uno de esos ricos territorios que pasan desapercibidos para muchos pero que, al igual que las ciudades anteriormente mencionadas, es el centro del mundo para un gran número de personas, para los amantes de uno de los deportes más peligrosos que existen: el motociclismo.

La Isla de Man se ha convertido en un territorio casi sagrado para aquellos que buscan el límite, que sueñan con volar sobre el asfalto y lo hacen, que no tienen miedo, pero sí respeto. En esta isla de unos 500 kilómetros cuadrados se disputa una de las carreras más veneradas y odiadas a partes iguales, una prueba peligrosa y difícil como ninguna, pero bella y con una historia a sus espaldas que prácticamente no puede ser comparada con nada. Hablamos del Tourist Trophy de la Isla de Man, la que está considerada como la prueba de motociclismo más peligrosa del mundo, en gran parte por la cantidad de vidas que se ha llevado por delante.

A día de hoy, estamos acostumbrados a ver a Valentino Rossi, Marc Márquez, Jorge Lorenzo y compañía pilotar a 300 km/h en circuitos cerrados, en los que la seguridad cada vez prima más. Sin embargo, en la Isla de Man no encontraremos protecciones con altos niveles de seguridad ni escapatorias larguísimas. La Isla de Man no se transforma, sino que acoge las carreras tal y como es. Durante los más de 10 días que dura la prueba, las carreteras que forman el ‘Mountain Course’, es decir, el circuito en el que se corre el TT, se cierran por completo para que los pilotos de las diferentes categorías puedan entrenar, clasificar y, finalmente, disputar la carrera. No hay más tráfico, como es evidente, pero las casas, los muros de piedra, los bordillos, las señales y las farolas, los acantilados, las piedras… Todo lo que forma parte de la Isla de Man sigue allí.

Para muchos, una locura. Para otros, una forma de vida, de ser libres, de disfrutar al máximo el momento y de vencerse a sí mismos. Más de 100 años de historia han convertido a esta carrera en una de las más admiradas por los amantes del motociclismo, que viajan hasta la isla desde todos los rincones del planeta para disfrutar de los héroes que allí corren, para sentir la adrenalina volando por sus venas y para disfrutar de un espectáculo que, más allá de ser impresionante, es literalmente bello.

Y es que la Isla de Man es también un destino turístico inmejorable. Si eres amante del motos, lo tiene todo para ti. Si no lo eres, no te preocupes, acabarás enamorándote de sus paisajes, de sus acantilados, de sus tradiciones y del ambiente que allí se respira, especialmente durante los días en los que se celebra la gran carrera, el TT, en los que la hermandad es protagonista. No será nada raro que veas a completos desconocidos disfrutando de unas pintas mientras ríen y cuentan historias que te dejarán con la boca abierta. Una oportunidad única de conocer un lugar maravilloso, pero también una gente fascinante, con corazón y con mucha fuerza.

Desde la distancia es lógico juzgar a quien se juega la vida en esta maravillosa isla, que atrapa, pero si te acercas, si lo conoces, si recorres esas largas carreteras rodeadas de mar y acantilados, si escuchas sus historias, ves la emoción en sus ojos y vives el TT en primera persona, es más que probable que tu opinión cambie radicalmente. La Isla de Man tiene algo especial, no sólo en los días de carrera, sino durante todo el año, y es que se queda para siempre en ti. Un destino en el que la naturaleza es protagonista, pero también la historia y, por supuesto, sus gentes, que convierten el lugar en un lugar mágico. Un destino olvidado por muchos y que no deberías perder nunca de vista.

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