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A tu familia, a tus amigos o a tu pareja

Por qué un viaje puede ser el mejor regalo

Ni perfumes, ni tarjetas, ni flores…el mejor regalo que le puedes hacer a alguien que quieres de verdad, es una escapada. Viajar te hace más feliz. Analizamos las razones.

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¿Qué es lo que buscamos al viajar? Según la encuesta que ha realizado Barceló viajes, si hubiera que describir la motivación del viaje en una sola palabra, esta sería: desconexión (55%), diversión (18%), aventura (16%) y amor (16%). En términos generales viajamos también con el objetivo de conocer otros lugares. “Recorrer y descubrirlo todo” es para el 57% de los encuestados, su prioridad en vacaciones. A ello le sigue el ansia por relajarse (23%) y disfrutar de la gastronomía del lugar (17%). Solo una minoría (un 3%) contempla el ir de compras como principal motivación para sus escapadas.

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Tu estado de ánimo mejorará

Ya sean unas vacaciones, un viaje o una escapada, si te hacen este regalo tu nivel de estrés bajará. Según vas tachando días en el calendario y se acerca el momento de partir te va cambiando el humor. Hay pocas sensaciones mejores que cuando llega la hora de desconectar. Planificar un viaje produce beneficios inmediatos y empieza incluso antes del viaje. Mientras planificamos nuestra escapada, nos relajamos y dejamos volar la imaginación pensando en lo que vamos a hacer, por lo que este proceso de visualización ya es de por sí beneficioso.

Te hará más feliz

Un estudio de la Universidad Estatal de San Francisco encuentra la felicidad en las experiencias. La felicidad no reside en los bienes materiales que poseemos, sino en todo lo contrario, la clave está en los recuerdos almacenados, al menos a largo plazo. Dejar de lado lo cotidiano (y el estrés) para darle a tu mente un respiro hace que tus preocupaciones se difuminen. Y distraerte con nuevos estímulos genera pensamientos agradables que ayudarán a desvanecer las tensiones diarias.

La idea es conocer nuevos lugares, hacer amigos, probar comidas exóticas y diferentes, descubrir paisajes increíbles, ver puestas de sol fantásticas... Cuando afrontamos una situación como viajar, estamos envueltos en un ambiente que nos genera diferentes emociones, casi todas positivas, que parten de la curiosidad y el descubrimiento. Esas emociones están ligadas a las experiencias vividas en el viaje, por lo que relacionamos la emoción con el recuerdo. Cuando recuperamos ese recuerdo, recuperamos esa emoción.

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Viajar para conocernos mejor

Viajar nos ayuda a plantearnos el significado de nuestra vida. La distancia que nos proporciona un viaje nos hace ver todo con mucha más claridad y relativizar nuestros problemas. Nos impulsa a embarcarnos en un nuevo comienzo, a concentrarnos en un nuevo proyecto y a reinventarnos. Al viajar con tu amigo, con tu nuevo amor o con tu madre os estáis dando una oportunidad para conoceros mejor, lejos de la rutina o del salón de casa se amplían las perspectiva y se comprende mejor a tus seres queridos. Sin prisas ni responsabilidades y con la cabeza ocupada exclusivamente en otros temas tan importantes como entender el plano de la ciudad que visitas o acordarte de hablar el idioma del país en el que estás facilita convivencia, aumenta la empatía y los defectos de los demás se hacen insignificantes.

Para ganar confianza en nosotros mismos

Entrar en contacto con otras culturas y otras persona te permite ampliar tu visión de las cosas, darte cuenta de que no hay una única manera de verlas. Viajar es un ejercicio de tolerancia, paciencia y valentía. Un viaje te da libertad para salir de tus responsabilidades, para aprender cosas nuevas y para descubrir otras facetas que tenías ocultas. Viajar te libera de ataduras y te aporta energía, te recarga, te abre la mente y te hace salir de tu zona de confort sin perder confianza en ti mismo.

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Más mar que montaña

En las vacaciones ideales sigue ganando el sol y playa. El 45% de los viajeros se decanta por una idílica postal de playa con palmeras con vistas desde la ventana de su habitación, por encima de las de un monumento emblemático (29%), una panorámica de montaña (18%) o un paisaje urbano (8%). Para disfrutar de un atardecer, un 43% prefiere hacerlo acompañado un buen cóctel, mientras que un 25% se decantaría por una cerveza, un 23% por un increíble vino y un 9% delicioso té. Para el 69%, su cámara de fotos es el objeto más imprescindible de su maleta a gran distancia de otros, como un dispositivo de música (15%), un buen libro (12%) o un diario de viaje (4%).

Viajamos por romper con la rutina, por tomar distancia, para conocer nuevas culturas y para crecer como personas. Pero también se viaja por amor al viaje, por el placer a lo desconocido o por el placer que da superar el miedo a afrontar nuevos retos.

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