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UN HOGAR SINGULAR

Pasa la noche en la casa de los hobbits

Una artista norteamericana recrea a la perfección la casa de los personajes de Tolkien y permite alquilarla a fans que quieren vivir como un auténtico Hobbit.

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La Comarca es una de las zonas más importantes de las creadas por J. R. R. Tolkien para sus novelas El Señor de los Anillos y El hobbit. Situada en el noroeste de la Tierra Medio, es donde viven los hobbits. Aunque el autor se inspiró en el barrio de Sarehole de Birmingham (Reino Unido) para crearla, el que se usaran los paisajes de Nueva Zelanda al filmar las películas basadas en estas obras hace que todo el mundo piense en nuestras antípodas a la hora de imaginar cómo es.

Sin embargo, ahora también hay que mirar al otro lado del Pacífico, concretamente a la costa del Estado de Washington. Allí, en un pequeño pueblo llamado Orondo, una creativa estadounidense ha levantado una réplica del hogar de Frodo y Bilbo Bolson en El Señor de los Anillos. Se llama Kristie Wolfe y en su empeño por imitar el hogar cinematográfico y literario se ha preocupado hasta del más íntimo detalle.

No hay nada al azar, desde el portón de acceso con forma circular a la grifería, pasando por un juego de ajedrez de madera, muebles rústicos al estilo hobbit… Y todo ello en uno de los entornos naturales más codiciados de Norteamérica, y es que Washington está lleno de parques naturales y bosques.

Lo más interesante es que Kristie no realizó ese esfuerzo con la idea solo de mostrarlo, sino también de compartirlo. Y es que la casa Hobbit de Orondo, que ha bautizado como ‘Tiny House in the Shire’ (La pequeña casa en la comarca) es alquilable por parejas que quieran experimentar qué es eso de vivir como un hobbit.

Para ello, el diseño de la casa se hizo creando un dormitorio, un baño y un coqueto salón. Como si fuera un hotel, hay que llegar más tarde de las 15 h. y abandonarla a las 11 de la mañana. Allí tendremos amenities del baño, calefacción e incluso podremos ir con una pequeña mascota. La limpieza corre por nuestra cuenta si así se prefiere y, claro, se exige un respeto por las instalaciones.

Con un precio que parte de los 230 €, al llegar allí nos espera una taza de cacao caliente, perfecta tras un largo viaje, pues la casita no está a un paso de la gran ciudad precisamente. Para llegar desde Seattle necesitaremos unas tres horas de coche, pero merecen la pena cuando se es fan del universo de Tolkien.

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