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NORUEGA

Magia en el laberinto de las Cuevas Blancas de Gudvangen

Una montaña en el corazón del macizo Escandinavo nos invita a un paseo sorprendente por su interior. Una experiencia única de luz, color, música, agua, trolls y vikingos de la que puede disfrutar toda la familia.

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Gudvangen es el destino turístico más popular del pequeño municipio de Aurland y el mejor lugar desde el que explorar la provincia de Sogn og Fjordane, en el centro-sur de Noruega. Se encuentra en el interior del fiordo Nærøyfjord, declarado Patrimonio Mundial por la Unesco y uno de los más estrechos de Europa, lo cual no es un problema para que la mayoría de los cruceros visiten la zona.

En Gudvangen hay mucho que ver, y mucho que hacer. Desde explorar el fiordo, a rutas de senderismo por la montaña o vivir las experiencias vikingas en el valle de Viling. Pero también algo más, un tesoro único y especial, mágico y sobrenatural, un lugar en el interior de la tierra que puedes descubrir reservando con antelación. Hoy nos adentramos en las 'Mágicas Cuevas Blancas de Gudvangen'.

El recorrido por esta cueva laberinto comienza en un acogedor salón donde te facilitarán unos cascos y chaquetas térmicas, por si no vienes preparado con ropa adecuada (hay que tener en cuenta que la temperatura media en el interior es de aproximadamente unos  8 °C durante todo el año). A partir de ese momento comienza la aventura. Los guías nos llevarán a través de los túneles interiores, realizando todo el recorrido sobre una alfombra, por lo que es fácil de seguir.

 Las mágicas Cuevas Blancas de Gudvangen

Lo más sorprendente son las paredes blancas del interior de la montaña. Un blanco natural que asombra, y que se debe en parte al agua y a los pequeños lagos que se forman en el interior. Los reflejos crean efectos increíbles que parecen mágicos gracias a una especial iluminación.

Te esperan muchas sorpresas. El recorrido comienza con la sombra errante de los trolls -sí, hay trolls que habitan en las cuevas de Noruega-. Sigue con el sonido en la sala del Rey de la Montaña; y continua con un silencio que crece a medida que nos adentramos más y más en las entrañas de la tierra. Este se acentúa gracias al uso de luces azules y verdes que crean una atmósfera emocionante.

Las mágicas Cuevas Blancas de Gudvangen

En esta parte del recorrido solo se oye el goteo constante del agua y las corrientes de los pequeños arroyos interiores. Las luces van y vienen y la sensación que se experimenta es única, diferente, y cada uno lo vive a su manera. Poco a poco, las luces se intensifican con destellos de color naranja y rojo, antes de explosionar en un amanecer abrumador dentro de una enorme cueva.

El paseo continúa por un pequeño pasaje y, una vez lo superamos, llegamos al otro lado, en un primer momento sumido en la oscuridad y, a continuación, con una explosión de color. Una caminata que nos lleva directos a otra experiencia única: la de pasar a través del arco iris, paso a paso, color por color, hasta descubrir que estamos en una gran sala en el interior de la montaña, junto a un pequeño lago verde donde parpadean luces juguetonas que te hacen sentir en otro planeta.

En esta gran sala podemos sentarnos a la luz de unas pequeñas velas y tomar algo en una pequeña barra de piedra en la que sirven refrescos. Es el lugar ideal para reponerse de tantas emociones. También se puede comer algo en las mesas y bancos, cubiertos de pieles de reno, y descansar y disfrutar de esta mágica atmósfera. Sin duda, los más pequeños van a disfrutar como locos de esta experiencia.

Gudvangen es el segundo lugar, después de La Luna, en el que se puede encontrar el mayor depósito mundial de anorthositt, un tipo de mármolque contiene oro y aluminio, de ahí el color blanco de la montaña.

Las mágicas Cuevas Blancas de Gudvangen

Las cuevas de se encuentran aproximadamente 8,2 kilómetros del muelle del ferry y disponen de una zona de aparcamiento de autobuses en la entrada. Permanecen abiertas desde el 1 de junio hasta el 31 de agosto a partir de las 12.00 h. y el recorrido suele llevar unos 45 minutos en total. Con salas de diferentes tamaños, llega a alcanzar una profundidad de 300 metros.

El lugar de inicio y final del recorrido es una sala grande con un pequeño agujero desde el que puede verse la luz del sol, algo que agradecen las personas que sufren de claustrofobia. Todo el camino está iluminado con luces de emergencia, así que a relajarse y a disfrutar de un mundo nuevo: el de la montaña blanca en el corazón de Noruega.

Más información:
Turismo de Gudvangen
Turismo de Noruega

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