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PEQUEÑAS PIEZAS CONVERTIDAS EN JOYAS

La grandeza del humilde botón

“Desabotonar la moda” una original exposición en el Museo de las Artes Decorativas de París.

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La grandeza del humilde botón

¿Botones? ¿Botones en un museo? ¿Cómo es posible que este pequeño artilugio que inicialmente servía para unir dos trozos de tela, hasta que le hicieron la competencia con cremalleras y otros novedosos sistemas de cierre, haya invadido las salas del elegante Museo de las Artes Decorativas de Paris?

Aunque nos sorprenda, estas prácticas y sencillas piezas han dejado de lado el lugar discreto que ocupaban en la vestimenta para convertirse en pequeñas joyas gracias, en parte, a la moda y sobre todo al papel destacado que les ha otorgado la alta costura.

Una muestra única compuesta por botones utilizados desde el s XVIII al XXI que permite apreciar su evolución cronológicamente. Un recorrido a través de los grabados, dibujos o retratos de moda que hacen hincapié en su influencia en el vestuario.

Más de 3000 botones junto a unos 100 trajes con botonaduras especiales plasman la vestimenta de cada época, el buen hacer de los artesanos y la creatividad de sus artistas. Pequeñas obras de arte que hablan de su importancia a lo largo de la historia. De los encontrados en yacimientos con más de 2.000 años de antigüedad en el valle del Indostán, con formas geométricas y tallados sobre conchas de moluscos con un carácter más ornamental que práctico y que siempre cumplían la función de diferenciación social.

Botones de marfil, de piedras preciosas o cubiertos de oro que se utilizaban como broches hasta que a partir del siglo XIII cambió su carácter decorativo a uno más funcional, pero manteniendo ese sentido estético fundamental para determinar el estilo de cualquier prenda.

Al reemplazase los vestidos holgados por los ceñidos al cuerpo, se tuvo que recurrir a la práctica de abotonar para crear esa silueta perfecta. Utilizados en variedad de prendas: casacas, camisas, chalecos, calzones… y cuanto más ajustados más botones había que abrochar. Algunos trajes de hombre tenían hasta 50 botones y los de mujer casi 200.

Gremios de artesanos contribuyeron a su refinamiento, en parte, gracias a los materiales nobles que se utilizaban en su elaboración y los originales diseños de algunas piezas.

La grandeza del humilde botón

 

Piezas artesanales que dejarán paso con la industrialización a la producción en serie mucho más asequible pero impersonal. Sin embargo, será gracias a la alta costura, abanderada del lujo y la exclusividad de sus prendas hechas a mano, lo que permitirá mantener en pie ese esmerado trabajo artesanal de estas pequeñas joyas.

Piezas sofisticadas, imprescindibles en la alta costura que cuida hasta el más mínimo detalle en unas prendas de esmerada calidad y cuyo resultado final serán esas maravillosas creaciones de apabullante estética.

Diseñadores de la talla de Balenciaga, Chanel, Dior, Lagerfeld, Saint Laurent, Givenchy, Gaultier… y otros muchos más, han tratado los botones como verdaderas joyas en miniatura y un elemento imprescindible para dar a sus prendas ese halo de exclusividad.

Objetos de deseo para muchos coleccionistas como el decorado con un retrato realizado se cree que por Fragonard o los que cosía Elsa Schiaparelli.
Una variada colección de botones joya que podemos visitar hasta el 19 de julio en esta joya de museo situado en el ala oeste del Museo del Louvre.

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