Viajestic» Consejos viajeros

Consejos viajeros

3 consejos que te cambiarán la vida a la hora de viajar

Aunque son consejos aparentemente simples, son muchas las personas que todavía no los ponen en práctica. Os dejamos a continuación tres consejos que harán de tu viaje un viaje mejor.

Imagen no disponible

Imagen no disponibleMontaje

Publicidad

No podemos decir que los primeros viajes de las personas sean un desastre, porque no siempre es así, pero es cierto que hay ciertas cosas que uno solo aprende cuando coge el hábito de viajar, cuando ha tenido que desplazarse mucho y cuando ha entendido cosas que solo vienen dadas con la experiencia.

Como queremos que todos los viajes que realicéis sean satisfactorios, os dejamos a continuación una serie de consejos, que engloban otros 'consejitos' menos generales, que mejorarán considerablemente vuestros viajes y que tal vez no conocíais.

Conoce todos los trucos a la hora de coger el viaje. Hay de todo tipo. Conocerlos y ponerlos en práctica es la mejor manera de empezar un viaje. Lee todo cuanto puedas acerca de comparadores de vuelos y de buscadores de hoteles y una vez que conozcas bien los entresijos de este complicado mundo del viajero, lo verás todo de manera diferente.

Por poner un ejemplo de alguno de estos trucos que debes conocer: trata siempre de coger el alojamiento con la opción de “cancelación gratuita”. De esta manera, podrás seguir buscando hasta prácticamente el último día la mejor opción, teniendo además ya algo asegurado que puedes cancelar en el caso de encontrar algo que te convenza más. Otro ejemplo: aunque los correos publicitarios suelen molestar, suscribirse a las ofertas de ciertas compañías de vuelo nos facilitará la vida a la hora de elegir nuestro próximo destino porque encontraremos vuelos por 20€.

Resumiendo: tienes que ser un viajero astuto. Tienes que estar perfectamente informado de cómo funciona todo lo que tiene que ver con un viaje (alojamiento, desplazamiento, cambio de moneda...) para que éste sea satisfactorio antes incluso de realizarlo.

Imagen no disponible
Imagen no disponible | Montaje

Infórmate acerca de tu destino. Parece algo simple pero, en realidad, es un detalle que muchos pasan por alto. Con “infórmate” nos referimos a hacerse con una práctica guía de viajes en la que te recordarán cosas como el tipo de adaptador de enchufe que debes llevar a cada país o a qué hora cierran, por lo general, las cocinas en los lugares en los que los horarios son diferentes.

Los viajes se vuelven diferentes en cuanto uno comienza a investigar acerca de ellos. Podéis comprobarlo: si sois de las personas que van a su destino sin saber demasiado, probad a hacerlo en el siguiente viaje. Cuando aterricéis en el lugar en cuestión, lo sentiréis un poco más familiar y sabréis cosas cómo el mejor punto desde el que ver atardecer o los restaurantes que debéis buscar para comer de la mejor manera al mejor precio posible.

Es cierto que también es mágico viajar sin saber nada del lugar que estás visitando, pero para ciertas cosas prácticas lo mejor es estar informado. Hazlo y lo verás todo de otra manera.

Acostúmbrate a los largos paseos. Como no es ni mucho menos la primera opción de muchos viajeros, nos vemos obligados a incluir este consejo. Cuando nos encontramos de frente con una ciudad como Londres, tan inmensa y con tantos puntos de interés distanciados los unos de los otros, en seguida tomamos el transporte público como opción. Evidentemente, en ciertas ocasiones no cabe otra que decantarse por ello, pero en la mayoría de los casos es prescindible y, además, mejorará tu viaje.

¿Por qué? No puedes conocer verdaderamente una ciudad moviéndote en autobús. Si uno se acostumbra a andar (¡a andar de verdad!) cada vez que visita un lugar, descubrirá lugares que otros no han descubierto, porque a veces los mejores rincones no aparecen en los mapas, y podrá marcharse del lugar en cuestión afirmando que conoce la ciudad.

Una vez que decidas rechazar el transporte público, te darás cuenta de que podrías volver a esa ciudad sin necesidad de mapa, porque tras cuatro días en ella la conoces bien. La has pateado y te has fijado en cada esquina. Y es la mejor manera (en ocasiones, la única) de disfrutar una ciudad.

Publicidad